martes, 22 de mayo de 2007

LAS SIETE PREGUNTAS - por JORGE PEREZ ALFONSO

CUENTO

LAS SIETE PREGUNTAS

FRAGMENTO.

POR: JORGE PEREZ ALFONSO

Un rostro serio pero amable le dió la bienvenida.

n Le agradezco su presencia en la principal oficina del pueblo tabasqueño, y le ofrezco disculpas por haberlo molestado haciéndole la invitación a que viniera a esta su casa, le dijo el gobernador, y prosiguió:

n Antes de exponerle el motivo de mi invitación, quisiera Sr. Que me respondiera siete preguntas:

n Primera:

¿ Por que siendo usted un hombre con tanto arraigo popular nunca ha incursionado en la política ?. Por un momento el silencio fue la única respuesta en aquel salón. Don Ramón paso la vista por cortinas, cuadros, piezas de porcelana y todo aquello que interrumpiera la geometría del recinto y por fin con toda la realeza que sólo tienen las almas tranquilas, poso la mirada en el gobernante y le dijo:

Mire usted señor, la política es un cuchillo de cacha al que la hace falta la hoja contenedora del filo, por lo tanto es un arma punzocortante muy difícil de manejar, pues cuando no corta un dedo, puede cortar una mano y es muy común que los necios, al usarlo sin prudencia, corten hasta un cuello entero.

El político, señor, debe ser un buen marino, un excelente piloto, pero sobre todo debe ser un predicador ejemplar, para cuando su advenimiento se haga realidad, rompa con el capullo que hubiere tejido con lealtad, rectitud y honestidad, convirtiéndose no en una elegante mariposa, sino en una eficiente abeja obrera que colecte el polen del trabajo y lo transforme en miel para su comunidad.

Un político, debe ser fiel a quien le designe un puesto público, pero debe ser más fiel al pueblo que esta sirviendo debe usar el poder inherente al puesto que desempeñe con la mesura que el derecho le ordene, pero sobre todo, con el más alto respeto que todos y cada uno que los ciudadanos se merecen.

Debe usar los dineros con motivo de su desempeño que llegan a sus manos, solo para el beneficio de la comunidad a la que sirve, sin que se desvíe un solo centavo para su beneficio personal, familiar o amistoso, para que cuando su encargo público llegue a buen puerto quede habilitado para un próximo viaje habiéndose ganado el respeto de un pueblo agradecido, que lo llamara con toda justicia “político “, yo señor no reúno esas cualidades y atributos por eso no incursiono en la política.

El gobernador, por largo rato guardo silencio tal vez haciendo un análisis introspectivo o quizá buscaba in-mente la punta de aquel nudo gordiano que recibiera por respuesta.

La presencia de uno de sus asistentes, sustrajo al gobernador de la vorágine de ideas en que había caído y tras aclarar la garganta con un discreto gruñido, reanudó la plática.

Me deja me dijo Don Ramón, la certeza de su respuesta un poco confundido, pero no quisiera, abordar más el asunto ya que me interesa sobre manera conocer su opinión acerca del periodismo de nuestro estado.

En el rostro de Don Ramón se dibujó un rictus que pareció el principio de una sonrisa antes de contestar la segunda pregunta:

El periodismo señor, replicó, es universal, como universal es la palabra, y mi preparación basada en la experiencia que dan los años de vida es tan pobre, que no me atrevería a darle una opinión de tan encomiable labor, pero a cambio, puedo decirle que el periodista es un hombre integro cuya mayor virtud es respetarse a si mismo y su mayor pasión es informar a los lectores con la mas pura de las verdades, si es que la pureza de la verdad se puede guardar.

El periodista es aquel que busca y persigue la noticia entre la urdimbre misma, y la saca a la luz despejada de toda duda, aunque al hacerlo contravenga los mas caros intereses personales.

Es periodista aquel que no extiende la presurosa mano en busca del espinoso y vergonzante fruto de la dádiva ni pone en el mercado la honorable limpieza de su conciencia.

Periodista señor, no es aquel que esgrime la pluma como si fuera la espada de Damocles, amenazando a todo el que disienta con su modo de pensar, ni el que se escuda tras la credencial que lo acredita como comunicador, ni el que vierte la tinta en el papel con la insensatez de las almas mezquinas, NO, “ Periodista es el que usa la pluma con la llaneza del sentido de información y se escuda tras el cálido muro de la verdad “.

Puedo asegurarle Sr. Gobernador que si mis palabras fueran escuchadas fuera de estas cuatro paredes más de uno se sentiría ofendido porque son muchos los que usurpando la respetable labor de periodista, medran con la sangre de la corrupción y viven agazapados en las sombras con la estúpida idea de llamarse “periodista”, olvidando que éste es un auténtico servidor público.

Don Ramón guardo silencio...mientras en contrapartida una estruendosa carcajada brotó de labios del gobernante.


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