ALFORJA DE CUATRO SIGLOS
Por: Félix Meza García /Celaya, Gto./ 1970
que vengo de tu barrio " Tierras Negras "
sabedor de los coloquios de tu fiesta
cabalgando los bridones de la tarde
traigo a cuestas la candela del invierno
con el ritmo de las danzas y la orquesta.
Traigo un nudo en la garganta que se encrespa
al gorjeo polirrítmico del paso,
arquitecto del camino yo he notado
enrolarse en la emoción del césped tierno,
mi Alameda romántica de abrazo.
He paseado por tus calles de renuevo
con luciérnagas de luces mercuriales,
para llevar mi recuerdo a tus callejas
en el neófito plasmar a pausa viento,
las fondas claroscuras populares.
Fue mi alforja de este viaje tetrasiglo
tu canto de horfandad por la conquista,
llevo en ella: las tribus coaligadas,
una aldeana violada en la contienda,
una raza pura, de menos en mi lista.
Era rica la vieja Nat Ha Hí
con sus goznes empotrados de bajío;
una exhúbera comarca de heroísmo,
que cinco décadas valiente combatió,
y esas mismas de apego al Otomí.
Aún siento amurallada a la consciencia
esta firma acetilena de la Iberia;
¡ qué látigo infamante en represalia,
que viaje tan sangriento a la ignominia,
que jornada humillante a la materia !
En el fiero contener de mis enojos
perdí monosilábica mi gracia;
amortajó la semántica voluble
la ortográfica tumba del mezquite,
para archivar la resistente ideocincracia.
Tierra Llana, paisaje de acebuches,
Nat ha hí, fortaleza de cobriza estirpe;
siento en las venas tu historial guerrero
como un mucho evangelio y lengua,
como un todo silicoso de minero.
Emprendí la virreinal carrera
con " doblones " a pulmón sangrante,
llegando a ser antorcha de la hacienda;
claudicado y miserable paria
que lució donairoso esta ceguera.
Aún llevo en mi morral de indígena
yugos del "guanajua " irredento, mi pasado,
aún llevo huella en las espaldas
represión maldita y dolorosa -
del sadismo encomendero y despiadado.
Supe albergar en mi posta la insurgencia
cabalgando con Hidalgo mis bridones;
mi espíritu libérrimo, en vivencia,
grabó de Albino sus victorias gratas
Apreté las alforjas de " Reforma "
con hombres como Juárez al estrado,
asistí al resurgimiento de la villa
con el sol requémandome la cerviz
y las córneas proyectadas al arado.
Fui gigante con el alma de Zapata
y así me encuentren con fusil en mano,
en la acequia , rosándome la cresta -
el combare de familia por el mando:
Villa " El Centauro ", y Obregón "El Manco ".
Aquí parece que mi siglo muere,
aquí mis bestias rumian su coraje,
aquí Madero, aquí la traición comprada,
aquí, CELAYA, tu hermandad masacre
llenó sus belfos con sangre del ultraje.
Perdí el camino al caminar tu viaje,
después; letargo, pesadilla, marcha,
revuelta, confusión, estéril lucha;
cambiar de abanderado en cada esquina
y un frío de muerte, mi Celaya, te me escarcha.
He paseado por tu barrio de " El Zapote "
con el paso carcomido de estos siglos,
y hoy te encuentro, cajetera milagrosa
por los ecos tetrasiglos de tu vida,
deambulando mis alforjas con sigilo.
Aún me siento sonámbulo de historia
renegando por todas las distancias,
pido sed para mis aguas perentorias
que en afluente del Lerma se incubaron
con el caudal bajío de mis prestancias.
Vengo a ofrecerte Nat ha hí, mis epopeyas
en pupila acartonada y dominguera,
traigo la atalaya cuadrifácica - mi tiempo -
para colgar de tu aldabón, mi canto…
con la memoria de antigua mezquitera.
Y aquí estamos añosos, centenarios,
Yo, con los puños apretándome las ansias,
Tú, a golpe tendido, a la llanura;
hormigueantes a continuar la marcha,
la geográfica marcha a las distancias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario