martes, 22 de mayo de 2007

B A S A S E A C H I - Por: Blanca J. Hernández Bernal

B A S A S E A C H I

Por: Blanca J. Hernández Bernal

Como un homenaje póstumo al señor Rubén Acosta Salas, compañero y amigo, con quien compartimos tantas tardes amenizadas de cuentos, poesías y novelas; cada uno con su forma y estilo en el Taller Umbela.

Dedico este poema alusivo a su tierra, Chihuahua, que también es la mía. (de ahí el epíteto cariñoso de: “paisano”)

Bajando en el silencio

de la sierra tupida,

candameña; te vuelves

caudal en mis recuerdos.

Vigoroso, tu fluido

de ondas cristalinas

conviertes en seda

de plata revestida.

Desgastando peñascos,

tu gotas aparentan

ser frágiles saetas

trocándose en rocío.

Infatigable empujas

las rocosas veredas,

dejando en en el intento

diamantinas lagunas.

Lloras al Tarahumara;

silenciosa, rebelde,

sorbiendo su tristeza

y velando su sueño.

Consuelas los maderos

talados de tus bosques

que cansados esperan

e indefensos se mueren.

Lastimero es tu canto;

reprimida protesta

que los ecos repiten

y el viento se los lleva.

Sigue fluyendo, sigue

agresiva cascada;

mostrándote impetuosa

invensible potente.

Igual al fiel Raramuri

de alma indoblegable

que habita esas regiones

y no le asusta el hambre.

Arraigadas costumbres,

tradición de profetas,

atlantes milenarios,

espíritus de hierro.

Bañados con la espuma

fragante de tus aguas

purifican sus ritos

profundos, ancestrales.

Violines cuyas notas

transformas en cristales;

nos cantas sierra madre

hermosos madrigales.


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