martes, 22 de mayo de 2007

“HASTA SIEMPRE SEÑOR DON SIMÓN” - por: Blanca Jovita Hernández Bernal

ANÉCDOTAS DE NUESTRA CELAYA *

HASTA SIEMPRE SEÑOR DON SIMÓN”

por: Blanca Jovita Hernández Bernal

como formar parte del diario vivir; como las calles los monumentos o la presidencia municipal,( que pareciera que siempre han estado ahí), hay un sitio en la esquina de combates de Celaya y Jaime Nunó, en el barrio de las resurrección, con su fachada de piedra, ( ni tan antigua ni tan moderna) que reconocemos a fuerza de tantas veces pasar. es una casa que fue construida gracias al arduo trabajo de un hombre: don Simón Pérez Martínez, quien era apreciado y respetado por sus amistades.

cuando lo conocí, me impresionó su personalidad y recio carácter. gustaba de ser obedecido.

ya jubilado su mas grande satisfacción consistía en traer una serie de albañiles a sus órdenes componiendo y recomponiendo su casa.

solía sentarse, afuera, en la esquina con algún compadre o vecino para recordar viejas anécdotas.

gustaba de platicar un episodio en especial.

siendo empleado de comisión federal, y habiendo comenzado como la mayoría; de eventual, tuvo que cubrir casi todo los puestos, a partir del mas sencillo, adquiriendo así el aprendizaje de quien realmente está en contacto con las actividades que en su conjunto forman la labor institucional.

debido a su formación militar poseía lo que en las actuales ciencias administrativas se llama liderazgo, el cual ejercía inconcientemente no importando si se trataba de un “liniero”, un superintendente de zona, o un ingeniero de distribución.

su vida transcurría entre el trabajo y su familia , la cual crecía también al amparo de la férrea educación que para don Simón era la mejor.

en el trabajo cubría cuanto turno le era posible con tal de elevar el nivel de vida de los suyos.

contaba con la suerte como el mismo decía: de tener una esposa toda bondad y rectitud.

su existencia pues, transcurría a la usanza de una familia mexicana tradicional.

parecía que todo iba a ser igual hasta que en 1973 estando México gobernado por el Lic. Luis Echeverría Álvarez y no borrándose todavía la influencia del movimiento de 1968, y sobre todo las famosa matanza de Tlaltelolco. en el país había muchos brotes de inconformidad aunque los medios de comunicación se empeñaban en negarlo.

la comisión federal de electricidad no fue la excepción; se desató una huelga a nivel nacional, y como era costumbre en la política echeverriista, se reinició la represión; el ejército se posesionó de la termoeléctrica de Celaya donde don Simón prestaba sus servicios.

de manera despótica y terminante le fue ordenado que capacitara al personal del ejército que lo iba a suplir en su puesto, pero don Simón se negó y se les enfrentó diciéndoles: si quieren mi lugar aquí lo tienen, pero no seré yo el que les enseñe a manejar la maquinaria; dejando estupefactos a los miembros de la armada, dio media vuelta y se fue.

las familias de los trabajadores salieron a las calles a clamar justicia frente a la presidencia municipal.

el gobierno federal a través de las fuerzas armadas no logró prestar con eficiencia el servicio eléctrico. el clamor de la población no pudo apagar los afanes presidenciales de querer resolver los problemas usando la fuerza. pero con el ejemplo de este personaje y la organización de los trabajadores, Celaya pudo mantenerse en la lucha por varios años, hasta que todo volvió a la normalidad.

don Simón continuó con su rutina hasta que la enfermedad y la inactividad lo minaron.

falleció el 4 de febrero de 1996 acompañado de su familia en el I.M.S.S.

hoy, esas calles que hacen esquina, ya no son las mismas, los compañeros de plática se ven un tanto solitarios y tristes, la silla del jardín de su casa ya no es testigo de la lectura del periódico, sin embargo quedó algo digno de ser rescatado de esta historia;

un mexicano, celayense, se enfrentó con valentía nada menos con el ejército, no cediendo en sus ideales y poniendo por enfrente

su honestidad. lo que debe servir de ejemplo a quienes estamos acostumbrados a conformarnos y hacernos hacia donde va la corriente.

“hasta la victoria siempre” señor don Simón.

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